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“La Quintana era su lugar en el mundo” refiere hoy su familia, que reside en Pergamino pero que guarda los mejores recuerdos de José de la Quintana. Luis Agustín Carnevale fue un dirigente político y educativo muy importante para la zona, que aunque no había nacido aquí, dejó una obra y un legado que hoy tiene su correlato en la imposición de su nombre a nuestra Escuela de Minería.

Carnevale nació en la localidad bonaerense de Pergamino el 27 de agosto de 1911, fue muy cercano a Eva Perón y murió a los 64 años, asesinado por la última dictadura militar.

Su primera residencia en Córdoba fue en Alta Gracia y luego se asentó en José de la Quintana, un lugar muy poco poblado a mediados de la década del 40. Carnevale había iniciado su militancia política en el Partido Comunista, del que se alejó por diferencias ante el advenimiento del peronismo, movimiento al que abrazó hasta el último de sus días.

En su relativamente corta trayectoria política, truncada por el terrorismo estatal, Carnevale fue delegado de Perón en Córdoba, tuvo actividad sindical y fue en 1973 electo senador nacional junto a la formula provincial Obregón Cano- Atilio Aguirre. Esa “primavera camporista” marcó el retorno de la democracia plena tras los años de proscripción, una democracia que interrumpiría de forma abrupta el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

Antes de esa fecha, Carnevale ya había fundado la Escuela de Perforistas, antecedente de esta Escuela de Minería, y la Escuela Libre de Alta Gracia, de la que no quedan registros hoy. En La Quintana fue parte también de la llegada del agua potable y del dispensario, en una zona que aunque cercana a grandes ciudades, tenía carencias básicas.

Antes del Golpe militar, el senador nacional ya había recibido amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina o Triple A, grupo parapolicial y paraestatal que fue el preludio del terrorismo estatal que se desató con fuerza a partir del 24 de marzo de 1976.

Ya durante la dictadura se refugió en un departamento del centro de Buenos Aires, de donde lo secuestraron el 14 de abril de 1976 en un Ford Falcon color verde. Su nieta Bety cuenta que “cuando lo asesinaron, nunca se supo qué había sucedido, lo temíamos como desparecido y, de esa manera, mi mamá lo buscó por años”. Hasta que a comienzos de la década del 80 un dato dio cuenta de que a Carnevale “lo llevaron hasta Martínez, lo hicieron bajar, caminar hasta el paredón de una vivienda y con ametralladoras, lo fusilaron con 36 balazos”, completa su nieta. Sus restos permanecieron sin identificar durante años, porque había sido enterrado como NN en el cementerio de Boulogne, norte del Gran Buenos Aires. En los primeros años de la democracia recuperada, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pudo identificarlos y hoy descansan en el cementerio de Pergamino, su ciudad natal.

Cada año, la Asociación por la Memoria y los Derechos Humano de Pergamino; el Colectivo Paravachasca por la Memoria y el Sitio de Memoria Refugio Libertad recuerdan su figura, siendo Carnevale uno de los 30 mil detenidos desaparecidos víctimas de la última dictadura militar. 

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